
Después de haber hablado con gente de Haifa, parece fácil encontrar barcos privados que vayan para Chipre o Turquia en cualquier fecha, así que esperaremos a ver qué nos dicen. Sí que hay ferries a Chipre, por 180 euros, pero ya que vamos sin prisa, intentaremos hacer "barcostop".

Así que después de estar varios días en Haifa he decidido ir hacia el desierto del Negev. A 80 km al sur de Beersheva se encuentra Mizpe Ramon, una pequeña ciudad al borde del cráter Makhtesh Ramon (en hebreo makhtesh significa mortero).

Me fui al kibbutz de Sede Boker, a una media hora de Mizpe Ramon, ya en el desierto, donde estuve en casa de Tamar, una chica de
couchsurfing, una pagina donde la gente te hospeda en sus casas o simplemente puedes quedar para tomar algo. Es una buena opción no sólo para que te salga mas economico el viaje, sino para conocer a gente local.

Con Tamar en la guardería del kibbutz donde trabaja.

En clase de danzas tradicionales.

El comedor del kibbutz.
El primer día me fui de paseo al manantial de En Akev cerca de Sede Boker, donde encontré más agua de la que imaginaba!







Y al dia siguiente al cráter de
Makhtesh Ramon, del kibbutz hasta el mismo cráter, media hora de camino, en autostop! Aquí, como en el norte, es fácil hacer autostop y te cogen bastante rápido; mucha gente se mueve así por estas zonas pues el transporte público es escaso.

Mirador

Este cráter, de 40 km de largo por 9 de ancho, es el mayor de los tres que se encuentran en el desierto del Negev. Los otros dos,
Makhtesh Gadol y
Makhtesh Qatan. Tienen una característica geológica que los diferencia del resto de los cráteres y es que no se produjeron como consecuencia de un meteorito sino de la erosión.



Dani, un hombre del kibbutz, me llevó en su coche hasta Beersheva donde cogería el bus para Jerusalem. Me dejó justo en el mercado de los jueves, donde la mayoría de los puestos son de beduinos que viven en esta región.
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